Es la aberración óptica que se produce por la incapacidad de las lentes de mantener el mismo tamaño para todas las longitudes de onda. Es decir, cada color es refractado de manera ligeramente distinta y llega al sensor sutilmente desviado, produciendo una fina banda irisada en el contorno de los elementos de la imagen.
Su corrección es bastante difícil, pudiéndose optar por el uso de materiales especiales de dispersión muy baja como la fluorita o a una corrección digital mediante el uso de softwares como Photoshop o DaVinci Resolve.
Fuente: Apuntes sobre Lentes y sistemas ópticos (Fernando Rivera Córdoba)