Dentro de los formatos analógicos de película fotoquímica, es el más pequeño y humilde. Fue introducido por la compañía Eastman Kodak en 1932 principalmente como alternativa para uso doméstico a los 16mm.
Sus características físicas son: una anchura de 8mm y una perforación por fotograma. En este formato no se tuvo en cuenta la adición de una pista de audio, puesto que estaba destinado principalmente a vídeos «caseros» que no requerían sonido. También hay que destacar que se grababa a unos 16 o 18 fotogramas por segundo, en vez de los 24 usados en cine, por lo que los movimientos se captaban de manera menos precisa.
Nos encontramos ante un formato cuya calidad es bastante baja, ya que la limitada superficie fotosensible no permite recoger mucha información. Por lo tanto, es un formato que no sirve para ser proyectado en cines, pero que puede ser utilizado en pequeños proyectores domésticos.
Super 8 surgió en 1965 y fue un formato muy popular entre jóvenes cineastas y en el ámbito educativo. Las diferencias con los 8mm estándar son que tenía una mayor superficie de imagen, resultando en una mayor calidad de imagen, y que su uso era más sencillo, puesto que se vendía en cartuchos que no requerían una manipulación tan compleja. Ambos formatos son incompatibles entre sí, requiriendo cámaras y proyectores diferentes, pese a tener la misma anchura.
Las ventajas de estos formatos, que explican por qué fueron tan populares en su momento es que eran baratos y permitían a una gran cantidad de personas grabar sus propias historias. Su declive se explica fácilmente con la llegada de otros formatos aún más económicos y accesibles, hasta la actualidad, cuando su uso es prácticamente inexistente.
Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/8_mm_film
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