Creado en un momento en el que se ansiaba la llegada del movimiento y de la gran pantalla, este aparente juego infantil creado por William George Horner supone una revolución para la percepción del movimiento.
Está compuesto por un tambor circular con cortes, a través de los que se observa la preciosa ilusión óptica, que da lugar a la sensación de movimiento y continuidad de las imágenes. Se inspira en el fenaquistiscopio pero, a diferencia de este, de la ilusión óptica del zoótropo puede disfrutar más de una persona al mismo tiempo.
El nombre inicial propuesto por el creador fue «daedaleum», en honor al arquitecto griego Dédalo, presunto creador de las imágenes en movimiento, tanto humanas como animales. De este mismo modo, se conoce también, a este artefacto, como rueda del diablo, rueda de la vida o tambor mágico, aunque el nombre que acabó por calar fue zoótropo, seguramente debido a su contenido animal, compuesto por caballos o monos generalmente.
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